Carabaña una pequeña población al norte de la Comarca de las Vegas con 2017 habitantes, se localiza muy próxima ya a la provincia de Guadalajara y a 50 Km de distancia de Madrid. Dispuesta sobre una ladera en el margen derecho del río Tajuña, es conocida tradicionalmente desde tiempos inmemorables por sus excepcionales aguas medicinales.
Se trata de uno de los municipios más antiguos de la Comunidad, cuyos orígenes se remontan a más de 2000 años. Historiadores como Tolomeo o Plinio ya la citan como asentamiento carpetano de época prerromana en el valle del Tajuña. Durante período romano fue uno de los puntos de paso de la antigua calzada que unía Tarraco con Emérita Augusta, de la que se han encontrado algunos vestigios, aunque hay otros testimonios que también refrendan su pasado romano, como los de un antiguo templo dedicado a Diana y una inscripción votiva con forma de ara de piedra blanca de Colmenar datada en el siglo I. Los diversos trabajos arqueológicos realizados atestiguan la existencia de un núcleo habitacional y de una gran necrópolis de época visigoda de los siglos VI y VII.
La visita por el municipio comienza por la Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, uno de los monumentos más importantes de esta localidad madrileña. Este edificio erigido en el siglo XVI fue reconstruido tras la guerra civil. La iglesia consta de una planta de tres naves que se separan con pilastras jónicas y arcos de medio punto. En su interior conserva una pila bautismal de época visigoda y un sepulcro del siglo XVII. En la plaza de España, cercana a la iglesia, nos encontramos con una hermosa Fuente de estilo neoclásico de época de Carlos IV.
Entre sus calles se alza el Palacio del Virrey de Indias, palacio barroco en el que destaca el escudo de armas de su fachada principal que fue levantado en torno a los siglos XVI y XVII.
La Ermita de Santa Lucía del siglo XVI edificada sobre un antiguo templo romano y en la que hallamos restos de ocupación del período visigodo, o la Ermita de Santa Bárbara desde la que se domina el Valle del Tajuña, son otros dos ejemplos de las edificaciones religiosas de Carabaña.
Rodeado de álamos, el puente de piedra del siglo XVIII fue construido en época de Felipe V en el río Tajuña sobre otro anterior de origen romano. Fue el mismo rey quien lo mando construir viendo la situación de las comunicaciones al desplazarse por la Vega del Tajuña durante la guerra de Sucesión, y constituye un ejemplo más de las obras públicas que los Borbones mandaron realizar por toda la geografía española. Se trata de un puente de sillería de cinco ojos o arcos. En una de las piedras centrales está grabada la inscripción “JHS, Año de 1734”. Desde el pretil de este puente contemplamos el bello paisaje de la Vega, donde dicen se esconde la Madre del Río que según reza la leyenda se relaciona con las devastadoras crecidas del lecho del río. Asociados al río Tajuña se pueden ver todavía los molinos del Cisne y del Tejado.
El agua de Carabaña cuyo manantial se encuentra en la base del cerro de Cabeza Gorda, es famosa desde antiguo por sus cualidades curativas ya conocidas por los romanos. En torno a éste encontramos un pequeño conjunto patrimonial compuesto por la fábrica de embotellado de finales del s. XIX y el pequeño apeadero Chavarri de principios del siglo XX, donde se expedía el agua embotellada, justo enfrente a estas construcciones se ubica la antigua central eléctrica de Chavarri que suministraba energía al conjunto de las instalaciones, y los restos del antiguo hotel, construido para albergar un balneario, cuyas obras se paralizaron durante la Guerra Civil y que acabo siendo la residencia de la familia Chavarri.
En Carabaña conviven el ecosistema de Ribera junto al Estepario, bosques de galería junto a extensiones de matorrales y cultivos de olivares y viñedos. Todos estos paisajes, su flora y fauna, son capaces de aportar al viajero tranquilidad y sosiego en su visita, invitándole a pasear por sus caminos y sus sendas. Completan la visita al entorno natural parques como el de la Morera, el del Descansadero o el de la Estación. También encontramos en Carabaña, la Vía verde del Tajuña que discurre a la izquierda del apeadero de Chavarri. Desde Carabaña sale un ramal de esta vía, conocido como “El Tren de los 40 días” y une esta localidad con sus vecinas Valdaracete y Estremera.
Imágenes